AUSENCIA DE RECUERDOS
Jose Mª Lebrero Vecino
Leyendo la novela Pan negro de Emili Teixidor donde evoca las emociones, sentimientos, y vivencias de la infancia de un chico, Andrés, el protagonista, se me ha ocurrido una pregunta: ¿Qué recuerdos tendrán de la infancia dentro de cuarenta años los niños que hoy sólo saben divertirse con una consola? ¿Qué juegos recordarán? Porque si no tienen la maquinita a mano dicen que se aburren.
Los veo en las plazas de los pueblos o en los parques de las capitales sentados en un banco mirando para una pantalla sin pestañear, con un movimiento de dedos, eso sí, vertiginoso. No hay más mundo a su alrededor que el que proyecta su pantalla. Obviando el calor del verano, el color del otoño, el frío del invierno, el olor de la primavera. La naturaleza. Supongo que algún día les contarán a sus hijos sus batallitas cibernéticas, porque su única memoria es esa, la que tiene
Ahora se juega de otra forma, yo diría que no se juega, se compite; no juegan, sino que consumen productos. Antes los juegos no se pasaban de moda, ahora no duran, hay que comprar otros nuevos. Todo es virtual. Sin contar con las posibles consecuencias: obesidad, aislamiento, indolencia, conductas anti-sociales…Más que su futuro me preocupa su pasado. Su ausencia de recuerdos.
Somos más de dos los que pensamos así.
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