lunes, 6 de agosto de 2012

La chicharra




Leer (y II)





“Leer perjudica seriamente a la ignorancia”. Para evitar esa ignorancia, los libros, al igual que las bicicletas, también son para el verano. Leyendo vivimos muchas historias a la vez. Es evidente que leer  ayuda a adquirir conocimientos y a desarrollar la imaginación. Leer es aprender,  libertad, cultura. Más de uno estará pensando, voy a ser futbolista, no me hace falta leer. De la lectura, de la educación que te da la lectura también depende tu futuro.
 Dicen que  leer es volver a vivir. Yo digo que es vivir un millón de veces. ¿Cuántas vidas hay en cada libro? Muchas sin duda. Pero ojo, leer no tiene que ser una condena. Hay que leer por gusto, por puro placer. Pero en todo tiene que haber un aprendizaje. Al igual que a los ocho años no se puede jugar la Champion Ligue de fútbol, tampoco se puede obligar a ese mismo chico, como hacen en algunos colegios, a leer el Quijote. Porque lo lógico es que le cojan manía a la lectura.  
Leer es sin duda, una de las mejores formas de entretener el aburrimiento. Además, hay pocas cosas que den el placer de la lectura, ese  acto íntimo y silencioso de desflorar un libro. Ya lo dijo Borges: “la lectura es una forma de felicidad”. Todos los libros tienen algo interesante que contar, incluso aquellos que aún no han sido escritos. Siempre es un buen momento para leer: clásicos, novedades, libros que ya has leído, o ese otro que nunca has leído y siempre simulas  haber leído.
Somos más de dos los que pensamos así.