Leer (y II)
“Leer perjudica seriamente a
la ignorancia”. Para evitar esa ignorancia, los libros, al igual que las
bicicletas, también son para el verano. Leyendo vivimos muchas historias a la
vez. Es evidente que leer ayuda a adquirir conocimientos y a
desarrollar la imaginación. Leer es aprender, libertad,
cultura. Más de uno estará pensando, voy a ser futbolista, no me hace falta
leer. De la lectura, de la educación que te da la lectura también depende tu
futuro.
Dicen que leer es volver a vivir. Yo digo que es vivir
un millón de veces. ¿Cuántas vidas hay en cada libro? Muchas sin duda. Pero ojo, leer no tiene que
ser una condena. Hay que leer por gusto, por puro placer. Pero en todo tiene
que haber un aprendizaje. Al igual que a los ocho años no se puede jugar la Champion Ligue de fútbol,
tampoco se puede obligar a ese mismo chico, como hacen en algunos colegios, a
leer el Quijote. Porque lo lógico es que le cojan manía a la lectura.
Leer es sin
duda, una de las mejores formas de entretener el aburrimiento. Además, hay
pocas cosas que den el placer de la lectura, ese acto íntimo y silencioso de desflorar un
libro. Ya lo dijo Borges: “la lectura es una forma de felicidad”. Todos los
libros tienen algo interesante que contar, incluso aquellos que aún no han sido
escritos. Siempre es un buen momento para leer: clásicos, novedades, libros que
ya has leído, o ese otro que nunca has leído y siempre simulas haber leído.
Somos más de dos los que pensamos así.