A quien corresponda
Me ha cantado
La chicharra desde el limbo en que se
encuentra que está muy decepcionada. Que se lo cuente a quien corresponda. No
es visionaria dice, ni tiene ninguna capacidad especial, sólo que no se deja
engañar. Va de rama en rama escudriñando el panorama e intuye, y quisiera equivocarse, que la reforma
laboral no va a sacar a nadie de la crisis (salvo a los de siempre), porque eso
es una mentira que sólo algunos aceptan por pereza mental o comodidad para no
tener que enfrentarse a la realidad. Una reforma que sólo habla de despidos
nunca puede ser buena para el trabajador.
Me cuenta que
ella jamás ha vivido por encima de sus
posibilidades. Nunca pidió un crédito para ir de vacaciones, ni estudió en
colegios privados, y sólo hace uso de la sanidad pública. El cinturón siempre
lo ha tenido bien apretado. Ya no hay más ojales para seguir apretando. Siempre
ha pagado lo que debe, a si que no ha contribuido al fingido hundimiento de los
bancos. No ha especulado con el dinero.
No se siente
representada por nadie. Y espera que ningún mentecato botarate le diga que es
el sistema, que tiene que ser así. Sí, así será, porque ella nada puede hacer,
pero no porque lo acepte. No es una
bravuconada, es que no quiere entrar en el atontamiento senil de una sociedad petrificada
en la que los golfos campan a sus anchas.
Tampoco cree en la justicia. Dice que la han
secuestrado los jueces.
Somos más de dos los que pensamos así.
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