CAZADORES DELINCUENTES
La caza es un deporte que
genera mucho dinero, especialmente a las administraciones. Los cazadores pagan
por cazar porque la caza es, en nuestro caso, de la Junta de Castilla y León.
Pero es de ellos sólo para recaudar. Los daños que provocan esos animales
deberían de costearlos la administración. En cambio, cuando esos animales se
comen la cosecha de los agricultores, o provocan un accidente, la
responsabilidad de esos siniestros es de los titulares del coto.
Los cazadores no piden que
sea como en Finlandia, que indemnizan al coto de caza en caso de atropello de
alguno de los animales, pero tampoco ven lógico que sea el coto el que tenga
que hacerse cargo de todos los daños. Incluso tienen que pagar por animales
(como por ejemplo el zorro o el jabalí) que no forman parte de lo que se caza
en ese coto. ¿Qué culpa tiene un cazador, la mayoría de las comarcas son de caza menor,
de que cruce la carretera un jabalí?
Además, a veces los
cazadores son tratados como delincuentes. Cada nueva temporada van imponiendo
normas más severas y la vigilancia es cada año más estricta. La Guardia Civil tiene
orden de recorrer los caminos en busca de
cazadores, escopeteros y galgueros, como si éstos estuvieran cometiendo
algún delito. Control sí, pero no acoso.
Dicen desde la Junta que lo hacen para
preservar la caza. Una muestra de la inutilidad de estas normas es que cada año
la población de liebres, perdices y codornices en Castilla y León va descendiendo. Pero lo importante es recaudar.
Somos más de dos los que
pensamos así.
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