La novela de Jose María Lebrero Vecino se articula como una trenza en la que se enlazan y se enfrentan dos mundos: el rural, cada vez más achicado y melancólico, pero albergue de una memoria inmensa, y el urbano, frenético y desalmado, pero también punto de encuentro y laberinto de deseos.
Sara, que protagoniza la historia, es el personaje que establece el puente entre el pueblo y su recuerdo, y la ciudad, en la que también hallará una parte fundamental de su identidad, como advertirá el lector que se adentre en las páginas de Ella no lo sabía.
La novela de Lebrero Vecino tiene personajes tan memorables como los dos abuelos, que son las dos cajas de sorpresas más definitivas de la historia, y que merecerían para ellos solos una novela, por su riqueza interior y sus vidas llenas de clamorosas contradicciones.
La abuela, en particular, es un capítulo aparte, y hay momentos en que su vida alcanza una singularidad que el lector no espera. Ella articula el hilo sentimental de la novela, de la misma manera que el abuelo articula el hilo intelectual y es el primero en adivinar que, más allá de todos los malentendidos, a veces es posible "la confraternización de los congéneres en el abismo del tiempo."
Ella no lo sabía.
Editorial: Edilesa
Prólogo: Jesús Ferrero
Fecha de edición: abril 2002

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