Una anécdota
Verídico.
Salgo a la calle, el cielo está despejado. Sale el sol. Arranco mi coche.
Sintonizo una emisora. Escucho las noticias mientras me dirijo al trabajo. Oigo
decir a un político que lo de Feijóo es una anécdota. Fugazmente una nube barre
los rayos del sol. ¿Es una anécdota que el presidente de la comunidad de
Galicia estuviera en el yate de un narco, se fuera a esquiar con él y visitara
los fines de semana sus mansiones? Alega, ahora, sin sonrojarse, que él no
conocía su trabajo. Qué casualidad que fuera él el único gallego que desconocía
sus actividades “laborales”. Esto no es una anécdota, pero desgraciadamente, sí
quedará en una anécdota. Pasarán las semanas, nos olvidaremos del caso, y él seguirá en la poltrona. En un país
medianamente serio ya hubiera dimitido.
El sol
conciliador asomó con timidez algunos rayos. En estas reflexiones estaba cuando
adelanté a un automóvil de la Guardia Civil
de tráfico. La mañana se torna gris. Varias nubes pardas sitian el cielo. Acto
seguido el coche verde me adelanta y con
señales luminosas ordenan detenerme. Apago la radio. Un Guardia se dirige a mí
con malos molos. Pretendiendo ser retador, dice que han detectado que no he
pasado la I.T .V.
Le indico con la educación que a él le faltó que sí la he pasado, señalando la
pegatina en la luna. Me dice con desprecio que eso no le sirve porque las están
robando. Mis nervios se empezaron a poner inquietos mientras le entrego la
documentación. Las primeras gotas de lluvia lamieron la luna del coche. Con resquemor
comprobó que sí la había pasado. Con la misma hostilidad me ordenó continuar. Preferí
callar lo que pensaba. El cielo se despeja.
Lo que en
realidad detectaron fue mi pobre coche viejo y a un conductor con los pelos
largos. Si hubiera llevado un “cochazo”, corbata y chofer, seguro que no me
hubieran parado. Siempre es más fácil
meterse con los más débiles. Una anécdota.
Somos más de
dos los que pensamos así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario