¿CONOCEMOS LO NUESTRO?
No. No
conocemos los nuestro. No conocemos, al menos, como debiéramos Castilla y León.
Eso sí, en la barra de un bar, en el
gimnasio, en la plaza, en el trabajo…,
cualquier lugar es bueno para relatar con
todo lujo de detalles donde hemos estado (por supuesto, fuera de España) o dar
a conocer nuestro próximo viaje.
Es digno de ver y escuchar con
que detalle y precisión narramos nuestras peripecias turísticas. Parece que lo
de menos es pasarlo bien o mal, lo realmente importante es contárselo a los amigos o
enemigos; para que se chinchen.
Fundamental es también dar testimonio de ello a través de unas fotografías que
colgamos en Facebook para que se entere todo el mundo.
Lo que importa es presumir
hablando de los monumentos, las
costumbres de la zona visitada, la gastronomía… Aunque no hayas comido otra
cosa que hamburguesas. Pero lo bien que
se queda uno hablando de éstas cosas con los demás no tiene precio.
Nadie duda de lo enriquecedor que
es viajar. Pero tampoco debemos olvidar lo que tenemos en nuestra tierra. Que simplemente
no la valoramos tanto porque está más cerca. Y la única diferencia está en que
no tenemos que pagar nada o muy poco para visitarla.
Y es que siempre hay quien confunde
el valor con el precio.
¿Siente cierto sonrojo en sus
mejillas al leer esta columna?, o acaso ¿le han entrado ganas de insultarme?,
entonces ya se ha respondido usted mismo a la pregunta de La chicharra.
Los caminos no existen hasta que
se abren.
Somos más de dos los que
pensamos así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario